miércoles, 5 de enero de 2011

Vivir en El Rompido.

Sería tan agradable...

Despertar y escuchar de fondo el ruido del mar; levantarte de la cama, poner la chimenea y que el fuego te atrape unos instantes en el sillón; coger tu preciada bicicleta y hacer algún circuito, atravesando los bosques, viendo águilas sobrevolar tu cabeza; llegar a casa, tomar una ducha y quedar con los amigos...
Todo esto puede hacerse en muchos sitios, pero no es lo mismo si lo haces en El Rompido.

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